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La Cuesta del Portezuelo es un largo y espléndido camino que sube por la ladera de la montaña en forma zigzagueante, bordeado de un lado por la montaña y del otro por profundos precipicios.
Este increíble panorama desde donde podemos apreciar las bellezas de la provincia de Catamarca, nace a unos 18 km de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, y comunica el valle de la provincia con los departamentos de Ancasti, El Alto y con la provincia santiagueña. En algunos estrechos de la cuesta hay pequeños balcones que invitan a uno detenerse durante el recorrido, para visualizar el magnífico panorama que desde allí se ve, especialmente en la época de floración de los lapachos y palos borrachos, y pequeños pueblitos que aparecen a la vera de la ruta.
A siete kilómetros de la base se encuentra el primer mirador, desde donde se divisan el valle de Catamarca y la sierra de Ambato, declinados en tantos verdes que parece que no alcanzara la vista para distinguirlos.
Si se sigue subiendo se puede ascender durante otros diez kilómetros de camino angosto y curvas muy cerradas (por eso se recomienda no realizar éste recorrido cuando se pronostica lluvia), para luego llegar hasta la cumbre. En ésta elevada altiplanicie, vamos a ver que ya no quedan árboles sino pastos de altura, y la temperatura puede ser más baja que en el valle.
Dejando atrás éste sector, el camino sigue por el pueblo de El Alto, el dique Collagasta donde se pueden pescar pejerreyes, y Las Cañas, hasta llegar a Bañados de Ovanta, la cabecera del departamento. En Los Altos hay secaderos de tabaco, y se pueden visitar también La Viña y el dique Sumampa antes de adentrarse en la Cuesta del Totoral, esta vez para descender las cuestas montañosas en medio de un paisaje inesperado, dotado de una exuberante selva subtropical. Otra vez aparecen los lapachos, los violáceos jacarandás, los palos borrachos, los alisos, además helechos favorecidos por la humedad de estos faldeos donde se concentra la humedad de las lluvias.
La cuesta culmina a unos 1200 metros de altura, que permiten divisar sin obstáculos a la vista el valle del río Paclín. Este mismo curso es el que se sigue en el resto del recorrido, de regreso hacia Catamarca, entre las sierras de Graciana y el Alto-Ancasti.
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Veronica PenaVisita este
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